21 de marzo de 2015

La revolución de Docker

El otro día hablaba de Snappy, el nuevo sistema de paquetes de Ubuntu. La verdad es que este nuevo sistema forma parte de toda una sorprendente ola-moda de virtualización a nivel de sistema de operativo, generalmente de mano de Docker, un software que en muy poco tiempo se ha hecho omnipresente en todas las fiestas. ¿Por qué demonios de repente la virtualización a nivel de sistema operativo de mano de Docker está tan de moda?

En principio, la virtualización a nivel de sistema operativo no es demasiado nueva. Durante muchos años, se ha oído a FreeBSD presumir de sus jails, y a OpenSolaris de sus zones. En el caso de FreeBSD, sus jaulas existen desde al menos FreeBSD 4.0, publicado en el año 2000, y durante muchos años, esa característica ha sido una de las razones por las que la gente usaba FreeBSD. Linux carecía de soporte de algo equivalente, y aunque existían parches extraoficiales de Linux-VServer desde 2001, sólo atraía la atención de casos particulares: La gente no huía masivamente de Linux por no tener estas capacidades integradas.

Con el tiempo -más de una década- el Linux oficial ha ido añadiendo diversos espacios de nombres, que son las columnas que permiten implementar este tipo de virtualización. Pero incluso cuando se implementó, tampoco parece que se le diera más importancia de la que se daba anteriormente a VServer y OpenVZ. Hasta que llegó Docker.

Docker. Docker por un lado, Docker por otro, Docker para todo y en todos sitios. Si leen sitios de noticias sobre software libre o programación ya se habrán acostumbrado a (y quizás cansado de) leer noticias relacionadas con Docker. Y es que Docker se ha extendido a gran velocidad. Su código fuente fue publicado en Marzo de 2013. Dos años después, ya es una plataforma soportada en Amazon EC2, Google Cloud y Microsoft Azure. La compañía líder en Linux, Red Hat, anunció un proyecto específico para Docker ya en Abril de 2014, "Atomic Host", y la primera versión estable se publicó a principios de este mes. Y nada menos que Microsoft ya ha anunciado que va a añadir soporte de Docker en la próxima versión de Windows Server. También VMware, que en principio podría parecer un rival, se apunta a Docker.

A un software que tenga la capacidad de alcanzar semejante estatus en tan sólo dos años no hay más remedio que describirlo como revolucionario. Y si en dos años ha tenido el efecto que ha tenido, cabe esperar que en los próximos años la expansión de Docker tenga muchas ramificaciones. Pero eso no responde a la pregunta de ¿por qué de repente hay tanta moda de virtualización de sistema operativo?

En realidad, no creo que haya un gran interés en esta clase de virtualización. Lo que hace a Docker interesante no es tanto su gestión de contenedores, habilidad en la que Docker no es superior a otras herramientas, sino su capacidad para facilitar la gestión de la implementación de "aplicaciones". El registro público de imágenes es una App Store más. No importa tanto el tipo de virtualización sobre el que se ejecuta una imagen (tal y como prueba el hecho de que Microsoft y VMware quieran portar Docker a sus plataformas), lo que importa es poder acceder a la App Store de turno. Del mismo modo que lo que hace relevante a un teléfono hoy es acceder a las tienda de aplicaciones de Android o iOS, existe la posibilidad de que estemos avanzando hacia una situación en la que un sistema que no tenga acceso a la "tienda de aplicaciones Docker", si bien estaría muy lejos de ser un sistema inutil, quedaría marginado por no poder acceder a las aplicaciones de moda.

La revolución de Docker no sería por tanto "la revolución de Docker", sino un capítulo más de la revolución de las tiendas de aplicaciones.

Por otro lado, esto no haría más que reafirmar la tendencia de cambio hacia un modelo en el que los repositorios Linux tradicionales quedan obsoletos como sistema para distribuir aplicaciones, y por tanto ponen en duda la esencia de muchas grandes distribuciones Linux. Ubuntu, con su Snappy, es de las primeras grandes distribuciones en prestar atención a este fenómeno, pero está por ver que otras hagan lo mismo. Será interesante observar lo que pase en los próximos años.