En realidad, más que "Chrome OS" debería llamarse "Chrome Browser", porque eso es lo que es y nada más. Google ha centrado todo su marketing en alabar la simplicidad de su idea, de venderlo como "Quitamos lo prescindible y dejamos lo esencial", pero lo cierto es que por esa regla de tres, Ubuntu puede definirse como "ChromeOS con muchas más cosas".
¿Cómo es Chrome OS? Un servidor lo ha probado y se cree humildemente capacitado para describirlo con algo más de detalle de lo que se ha visto por ahí. Técnicamente, consiste en convertir al navegador en el shell de escritorio. Nada más abrirlo, hay una ventana de Chrome que ocupa toda la pantalla. No se puede maximizar ni minimizar ni cerrar: no existen botones para ello, de hecho han sido sustituidos por un reloj con la hora, un icono que permite configurar la red, y otro informar del estado de la batería y apagar el equipo. Hay un gestor de ventanas cuyo único propósito es mantener todo tal como se ha descrito, incluido reiniciar el shell - el navegador- si intentas matarlo o muere por algún fallo. Si sueñas con algo distinto...olvídate de ello.
Por lo demás, se pueden abrir nuevas instancias de Chrome ("abrir enlace en ventana nueva" funciona) que se comportan exactamente igual que la primera, y para los que quieran trastear se puede activar un shell -que se abre a pantalla completa- pulsando Control+Alt+T. Respecto a la mecánica interna de esta peculiar distribución de Linux, se ha eliminado absolutamente todo lo que no sea imprescindible para ejecutar el navegador. El logín del sistema se hace con una cuenta de Google, y los directorios de usuario -que en la práctica sirven para guardar configuraciones y poco más- por defecto son archivos cifrados que se descifran y montan en el logín.
Este sistema es la materialización de la propuesta de utopía de la computación en nubes: Lo local sólo se utiliza para hacer funcionar el navegador, el resto deben ser aplicaciones web. En el rarísimo caso de necesitar ejecutar código nativo, la gente de ChromeOS propone que se use NativeClient, o sea, ejecutarlo en una sandbox y visualizarlo en una pestaña del navegador. A mi esto último, más que "cloud computing", casi me parece persecución con saña al código nativo...
Y ahí se acaba la descripción de Chrome OS. No hay más. Y ahí está el problema: Chrome OS es tan aburrido y tan limitado, que no hay nada que decir de él. Toda aquella persona que haya usado un navegador en un SO normal, ya ha visto más de lo que verá con Chrome OS, ya han probado todo lo que les puede ofrecer y además han usado todos los "extras locales", tales como "editor gráfico de archivos de texto", "reproductor de música capaz de gestionar gigas de mp3", que no tendrán en ChromeOS. ¿Tendrá éxito comercial? Vaya usted a saber. En el momento en que haya aplicaciones web para todo tipo de necesidades (y a medida que progrese el desarrollo de Chrome navegador, es decir, del "shell de escritorio"), quizás si. Pero a día de hoy, resulta difícil pensar que pueda triunfar algo que tan solo ofrece desventajas respecto a una distro Linux normal, que es algo que ya de por si tiene desventajas respecto a otros SOs de escritorio.