Gnome Shell
De cara al usuario Gnome 3 tienen de novedoso lo mismo que KDE 4, es decir, reescritura del shell del escritorio y poco más. En el caso que nos ocupa el shell nuevo es el famoso Gnome Shell, una mezcla de lanzador de aplicaciones, gestor de aplicaciones abiertas, gestor de escritorios virtuales, panel, systray e IM. Se basa en GTK/Glib, y se combina con el gestor de ventanas mutter para hacer todo tipo de animaciones mediante una librería de animaciónes OpenGL llamada clutter. Está escrito en Javascript, se apoya en unos bindings Javascript de Glib, y para ejecutar el código utiliza el motor Javascript de Firefox, "tracemonkey". Esto de que utilizen Javascript no es que sea malo a estas alturas -Tracemonkey es por lo general bastante más rápido que CPython, por ejemplo-, pero es notable porque es un paso más en la tradición gnomera de intentar meter en el código base del escritorio todos los lenguajes de programación creados por la humanidad. En el escritorio que me suministra Fedora GTK y los programas con base de código antigua están en C; Gnome Shell en Javascript; el gestor de fotografías, el programa de hacer efectos graciosos sobre imágenes de webcam y la herramienta de copia de seguridad en un dialecto de C# (Vala); el programa "gnome journal" en python, y el programa de notas post-it en C++ (portado de C#).
El panel superior
Nada más iniciar la sesión en Gnome 3, uno se encuentra con un fondo de escritorio negro, completamente vacío, y un panel superior, tal y como se puede ver en la captura. ¿Tal vez cree usted que esta es, como en Ubuntu, una invitación a personalizar su escritorio con iconos, paneles y applets adicionales? Si es así, está equivocado por completo. Primera lección de Gnome 3: Olvídese de personalizar. Quitando el fondo de escritorio, nada de lo que se ve en la captura puede ser modificado. ¿Iconos en el escritorio? No se pueden poner, de hecho el escritorio no tiene ningún menu contextual. En el panel superior es lo mismo, no se pueden añadir, mover o eliminar iconos, ni tan siquiera el de accesibilidad. Cualquier clik en una zona vacía del panel cae en saco roto, y si el cliqueo es sobre un icono, el menu contextual que le aparecerá es el mismo con independencia del botón del ratón. Sólo el escritorio puede personalizarse (a través de un menú que hay en el nombre de usuario). Tengo entendido que desde dconf -sucesor de gconf- pueden configurarse algunas cosas más -algo que no he podido comprobar al ser imposible arrancar el dconf-editor-, pero el mensaje está claro: nada de configuraciones.
Las Actividades
¿Cómo se interacciona con el escritorio? Haciendo clik en la palabra "actividades" en la parte superior izquierda, aunque en realidad basta con llevar el puntero del ratón a esa esquina. Una animación nos conduce a la pantalla de la captura, la cual consiste en un dock vertical y un Exposé de las aplicaciones abiertas en ese escritorio; basta hacer click en una para regresar al escritorio con esa aplicación al frente. Más a la derecha hay otro panel vertical, que aumenta de tamaño si se acerca el ratón, y que contiene miniaturas de los escritorios virtuales. Al hacer clik en ellos se sustituye el Exposé actual por el de ese escritorio. Para crear un escritorio nuevo basta arrastrar un icono del dock a la zona, o una miniatura de una aplicación abierta. El dock, por su parte, muestra todas las aplicaciones abiertas, las cuales se pueden marcar como "favoritas", al estilo Windows 7
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Cambiando entre aplicaciones
Con esto pueden hacerse una idea de este escritorio, y de alguna de las noticias que se han escuchado en los últimos meses. La eliminación del botón de minimizar, por ejemplo, se hizo porque no existe en el escritorio ninguna lista de aplicaciones a la que se puedan enviar ventanas minimizadas. Esto tiene un pequeño efecto negativo: Dado que no hay ningún panel con la lista aplicaciones presentes en el escritorio, se hace imposible saber a primera vista cuántas aplicaciones hay. Por ejemplo, ¿cuántas aplicaciones hay en la imagen de la izquierda? Visualmente solo dos, pero en realidad hay siete, casi todas tapadas por el navegador. Para quienes no usamos muchos escritorios virtuales y solemos tener el navegador maximizado es anti intuitivo tener que ir a la zona de gestión de actividades o pulsar alt+tab (eso no lo han quitado). Y es especialmente absurdo que Gnome Shell fuerce a ello, ya que en el panel superior hay mucho sitio vacío y hay varios iconos que se podrían quitar para albergar una lista de aplicaciones tradicional; si pudiera configurarlo lo solucionaría, pero Gnome Shell y su política anticonfiguración lo hacen imposible.
¿Dos systrays?
Lo único que me falta por mencionar es el systray. Ya hemos visto que en la barra superior hay varios iconos, pero ¿dónde se ubican los iconos de systray de las aplicaciones? Pues no ahí, si no en un panel transparente auto ocultable en la parte inferior de la pantalla, y que aparece al llevar el ratón a la esquina opuesta del botón "actividades". En este panel oculto también se ubican los popups del sistema, así como los de los contactos de IM (yo no lo he probado, pero véanlo funcionando aquí). Mi opinión frente a este sistema es que es confuso. Al ser este panel auto ocultable, el usuario puede pasar por alto los iconos durante demasiado tiempo. Por ejemplo, el icono de Akregator me indica el número de noticias que tengo por leer, pero al no tenerlo siempre a la vista pierdo esa información, tengo que molestarme en mover ratón a esa zona - a pesar de que en el panel superior hay sitio de sobra para más iconos. De nuevo, si esto fuera configurable no sería problema, pero en Gnome Shell no cabe esa opción, se ha dividido el systray en dos sin demasiadas razones para ello.
Conclusiones
En mi caso, Gnome Shell simplemente se entromete en mi manera de hacer las cosas, y no me aporta nada nuevo. Lo de mostrar una vista Exposé de las ventanas al mover el ratón a la esquina superior izquierda, por ejemplo, es algo que ya tengo en KDE desde hace mucho. El diseño general y la eliminación de la configurabilidad parece haberse hecho con la mentalidad "sabemos lo que es mejor para ti", han conseguido que OS X parezca un sistema para geeks que quieren cacharrear con las tripas del ordenador.
Pero no, no saben lo que es mejor para mi: tal es la aleatoriedad con la que se han tomado algunas decisiones que dan escalofríos. Por ejemplo, la decisión de eliminar el botón de minimizar. Cabría esperar que semejante cambio hubiera sido debatido en profundidad, y que una vez tomada la decisión estarían seguros de haber hecho lo correcto. Sin embargo, he aquí que el desarrollador que lo hizo empezó a dudar de la decisión...¡mientras escribía un email! Si esa es la seriedad con la que se han eliminado tantas y tantas opciones, me temo que con Gnome 3 ocurrirá como en Gnome 2. En aquella versión se eliminaron demasiadas opciones, y se vieron forzados a añadirlas poco a poco en versiones posteriores.
Sin embargo, tampoco me imagino una debacle. La simplificación de Gnome Shell es excesiva, pero es manejable: se aprende a convivir fácilmente con las molestias. Aunque a mucha gente no le gustará, cualquier persona puede acostumbrarse a operar el escritorio con él, no se convertirá en una barrera infranqueable. Hay otros aspectos positivos, como las animaciones visuales, que son simples, discretas, y muy, muy fluidas, incluso en mi patata de gráfica integrada Intel. Por último, destacar su gran estabilidad: A diferencia de Plasma en KDE 4.0, Gnome Shell se merece la etiqueta ".0". Es un trabajo terminado, muy estable, preparado para usarse en las grandes distros, que nadie espere a futuras versiones para probarlo.