Para que vean que este blog tiene dignidad, voy a renunciar a hablar de la nueva distro de cierto buscador para escribir en su lugar de mi paso a Fedora. Hace 3 años casi exactos que me pasé de Debian a Ubuntu, y ahora repito la historia con otro nombre. No mencionaré el fugaz paso del tiempo, prefiero regocijarme en el avance del progreso.
¿Por qué cambiar? Llevaba ya algún tiempo con la intención. En Fedora colaboran muchos de los trabajadores de Red Hat (y los que no colaboran la usan activamente y mandan parches a través de sus colegas), lo cual significa que varios de los más importantes programadores de software libre mantienen en ella paquetes de su propio software. Ubuntu no es que carezca de personalidades que hagan cosas importantes (pensemos, por ejemplo, en el magnífico upstart), pero no hay tantos como en Red Hat/Fedora, ni de lejos.
Eso marca diferencias. Fedora suele usar versiones muy nuevas de software e incluye features que nadie ha incluido antes; a veces incluyen cosas antes de que sean incluidas en upstream (por ejemplo, mejoras de rendimiento de qemu/kvm que me apetecía mucho probar), pero el mantenedor que te está metiendo esas cosas es el mismo programador que mantiene el código en el proyecto original. Quiero decir que no es lo mismo que usar Debian unstable, donde lo hay una serie de empaquetadores que toman snapshots de un repositorio, y que si se encuentran con un bug serio tienen que esperar a que aparezca un parche en upstream. En Fedora hay menos intermediarios, por decirlo de alguna forma, y como los Red Hateros que colaboran en el proyecto trabajan a sueldo la distro está muy, muy bien atendida y las versiones estables no son en realidad menos estables que cualquiera de Ubuntu, a juzgar por lo que estoy viendo. Aunque hay un detalle importante en esto: Fedora suele centrarse más en el software "base": kernel, gcc, libc, etc; mientras que Ubuntu se centra más en el software del escritorio.
Una vez explicados los motivos, vayamos a las experiencias.
En primer lugar, he aprovechado para pasarme a Btrfs, uno no puede pasarse el santo día hablando de algo y no tragárselo él mismo. Solo mantengo /home y /boot en Ext4, asi que excepto en caso de actualizaciones y uso cotidiano de /tmp/ y /var mi sistema Btrfs se dedica solo a leer datos, que es una función sobradamente sólida para ser usada a diario, y aun si lo usara tambien para /home dudo que tuviera problemas porque está empezando a estar maduro (en 2.6.33 va a ser considerado suficientemente estable para empezar a adoptarlo).
En general, Fedora da la impresión -y digo impresión, porque no se como describir la sensación- de tener peor integración final que Ubuntu, algo comprensible ya que Canonical pone todo su empeño en facilitar las cosas fundamentalmente a los usuarios sin muchos conocimientos, mientras que Fedora parece estar más orientada, por decirlo así, al usuario de Linux que no quiere complicarse la vida pero sabe por dónde se anda. Haciendo analogías con hardware, Fedora es una distro "workstation" -se nota que está hecho por gente que trabaja fundamentalmente en servidores- mientras que Ubuntu es "desktop".Estas diferencias se notan en cosas puntuales como el acceso a privilegios de root. Fedora sigue teniendo el usuario root con contraseña propia. ¡Y los usuarios normales no pueden utilizar sudo por defecto! Puede que sea apropiado para servidores, pero para el escritorio de una persona creo que el modo de hacer de Ubuntu es suficiente y es mucho más comodo.
Otro aspecto es en la gestión de software: La eterna rivalidad deb vs rpm. Aunque en un principio he notado muchas diferencias, a la hora de la verdad uno se da cuenta de que son meros detallitos, los principios básicos son los mismos. Eso si, yum consume demasiados recursos y, en general, APT y sus repositorios parecen estar mejor organizados. Una cosa que me gustó mucho en Fedora, y quizás sea el segundo factor que más me impulso a cambiar a Fedora, fue la descarga "diferencial" de paquetes (Presto), activada por defecto en esta versión. Nada más instalarlo tenía ya unas cuantas actualizaciones, pero Presto me redujo su tamaño drásticamente, véase este mensaje informativo: "Presto reduced the update size by 84% (from 54 M to 8.9 M)".
Lo que más problemas me dió fue SELinux. Decidí usar mi ex sistema Ubuntu como /home. Mi antiguo $HOME quedaba por tanto en /home/home/usuario/, y, para usarlo cómodamente tambien en Fedora, decidí hacer un enlace simbólico de /home/usuario a /home/home/usuario, así si tenía que volver a Ubuntu por alguna razón, podía hacerlo con tan solo cambiar un parámetro en grub y borrar el enlace simbólico. Esto, que en apariencia parece algo sencillito, resultó ser lo más complicado de hacer, casi un infierno. A pesar de estar los permisos correctos y el enlace simbólico funcionar sin problemas, y a pesar de haber usado chmod -R para cambiar la id de propietario de todos los archivos, resulta que las cosas no tenían el "contexto adecuado", y a pesar de que el enlace era correctísimo, KDM no tenía permiso para acceder al directorio. Sabía cual era el problema, me prefiguraba en la mente como tenían que quedar las cosas una vez solucionadas, pero llegar a dar con los pasos necesarios para arreglarlo fue costosísimo. Me sentí como un novato que llega a Unix por primera vez. Lo peor es que, en realidad, SELinux no es tan complicado: lo peor fue la falta de documentación clara, la ausencia de mensajes de error en comandos que fallaban, y cosas así.
Tuve tentaciones de rearrancar con el parametro "selinux=off", que me hubiera solucionado todos los problemas, pero no lo hice y me alegro, he de decir que estoy encantado con el sistema: cada vez que se produce una falta aparece un popup en el escritorio informandome con detalle del problema y de las posibles soluciones. Pero es cierto que SELinux tiene la gran desventaja de que uno no puede usar un sistema con ello y olvidarse. No es algo transparente, que funcione al margen sin meterse con nadie, al contrario, está presente, se pone en medio a veces, y tienes que convivir con ello, conocer las herramientas más o menos tan bien como los comandos típicos de Unix, y enfrentarte a algún problema de vez en cuando y saber arreglarlo.
La última queja que tengo sobre Fedora es el legal. Bien es sabido que ni Fedora ni Red Hat compilan soporte de NTFS, ni Wine, ni MP3, ni DVD, ni muchos codecs de video, por el riesgo de ser denunciados por infracción de patentes. Son muy estrictos con este tema, y, en mi opinión, hacen bien. Sin embargo, una de estas restricciones afecta a freetype, la librería que hace el antialiasing de las fuentes, varias de las técnicas que se necesitan para renderizar decentemente las fuentes están patentadas, y Fedora las desabilita. En consecuencia, las fuentes en fedora son por defecto horribles. Inusables. Me fastidió mucho que no se ofreciera una solución fácil, o algún paquete alternativo, en Ubuntu se ha facilitado mucho el instalar software propietario e incluso semi-ilegal, y los usuarios lo agradecen, en Fedora no hacen ningún esfuerzo para facilitar nada. Ni tan siquiera tienenmucha documentación para resolverlo. Uno se encuentra con que Amarok empieza a saltar de canción en canción a toda velocidad, sin emitir ningún sonido por los altavoces, y al principio te preguntas si será algún problema de sonido o qué carajo pasará, hasta que recuerdas -porque ya lo sabías antes, sino de qué- el tema de las patentes y googleas hasta dar con una solución. La solución es recurrir a los magníficos repositorios rpmfusion, donde tienen soporte de MP3, DVD e infinidad de codecs, y, por supuesto, una versión de freetype sin las restricciones que tiene Fedora, que mejora la calidad del escritorio una auténtica barbaridad. Más incluso que en Ubuntu, jamás he tenido unas fuentes de tanta calidad en un sistema Linux con tamaños tan grandes (consejo: si quieren hacerse un favor suban un par de puntos el tamaño de sus fuentes y pásense así varios días, comprobarán que las fuentes grandes son agradabilísimas y muy recomendables y que las pequeñas son inaguantables)
Creo que aparte de estas no tengo más quejas, el resto va fenomenal: por alguna razón incluyen un driver Intel notoriamente más veloz que el que tenía en Ubuntu, Btrfs vuela e incluso hace que el disco duro tenga un sonido distinto al habitual y que parece más agradable (caprichos de músico). Se podría decir que en general Fedora es una distro que requiere algunos retoques nada más instalarla pero, una vez hechos, lo cierto es que el resultado me agrada más que mi antigua Ubuntu.